Las tandas son una de las formas de ahorro colectivo más populares y antiguas en México, presentes en la vida cotidiana de millones de personas.
Este sistema, basado en la confianza y la cooperación, permite a grupos de amigos, familiares o colegas juntar dinero de manera periódica para alcanzar metas financieras sin recurrir a bancos ni pagar intereses.
Aunque su funcionamiento es sencillo, las tandas encierran una compleja red de compromisos, riesgos y beneficios que vale la pena conocer a fondo. Por eso, en este artículo, exploramos cómo operan, sus ventajas y desventajas.
¿Qué son las tandas mexicanas?
Las tandas mexicanas, también llamadas cundinas, sociedades o cadenas de ahorro, son un método de ahorro colectivo basado en la confianza entre sus participantes. En este sistema, un grupo de personas acuerda aportar una cantidad fija de dinero de manera periódica, ya sea semanal o mensual.
En cada ciclo, el dinero reunido se entrega completo a uno de los miembros, siguiendo un orden previamente establecido. Así, todos los participantes reciben el monto total una vez durante la tanda. Por ejemplo, si diez personas aportan 100 pesos cada semana, cada semana una persona diferente recibe 1,000 pesos.
Esta práctica, aunque informal y fuera del sistema financiero regulado, está profundamente arraigada en la cultura mexicana. Muchas familias, amigos o compañeros de trabajo recurren a las tandas para alcanzar metas financieras, como comprar electrodomésticos, pagar deudas o enfrentar gastos imprevistos.
Además, las tandas reflejan la capacidad de las comunidades mexicanas para organizarse y apoyarse mutuamente. No es casualidad que existan variantes similares en otros países de Latinoamérica, como el ‘cuchubal’ en El Salvador o la ‘polla’ en Chile, lo que demuestra su valor universal como herramienta de ahorro.
Según el Banco Mundial, en México alrededor del 13% de la población ahorra a través de estos mecanismos, una cifra superior a la de otros países con ingresos similares.
Por lo tanto, las tandas no solo son una tradición, sino también una solución práctica y social para quienes buscan ahorrar sin recurrir a bancos o instituciones formales.
¿Cómo funcionan las tandas?
Antes de participar en una tanda, es fundamental comprender cómo se organiza y opera este sistema de ahorro colectivo. Aunque su dinámica parece sencilla, existen reglas y acuerdos clave que garantizan su buen funcionamiento y la confianza entre los participantes.
A continuación, te explicamos paso a paso cómo se establecen las cantidades, la periodicidad y el orden de cobro, así como ejemplos prácticos para entender mejor este mecanismo tan arraigado en la vida financiera mexicana.
Acordando cantidades y periodicidad
Lo primero y más importante en una tanda es que todos los participantes se pongan de acuerdo en dos cosas: cuánto dinero se va a juntar en total y cada cuánto tiempo se va a aportar.
Por ejemplo, si son 10 personas y deciden que cada quien recibirá 10,000 pesos, entonces el monto total de la tanda será de 100,000 pesos.
Esto significa que cada participante deberá aportar 1,000 pesos en cada ciclo. La periodicidad puede ser semanal, quincenal o mensual, aunque lo más común es que coincida con los días de pago, como cada 15 días.
La clave está en que todos entiendan y acepten estas reglas desde el principio.
El orden de cobro y la confianza
Una vez definidos los montos y la frecuencia, el siguiente paso es decidir quién cobra y cuándo. Esto se puede hacer de varias maneras: un sorteo donde cada quien saca un número, o simplemente un acuerdo mutuo. El orden es importante porque no todos reciben el dinero al mismo tiempo.
Los primeros en cobrar reciben el monto total antes, mientras que los últimos esperan más tiempo. Aquí es donde la confianza juega un papel enorme. Si alguien no paga, afecta a toda la cadena.
Por eso, es vital que los integrantes se conozcan y confíen unos en otros, o que haya alguien responsable que garantice el cumplimiento. A veces, la organización de estas tandas se da en círculos cercanos, como amigos o familiares, lo que facilita la cohesión.
Ejemplos prácticos de las tandas
Imaginemos una tanda de 10 personas que aportan 500 pesos cada semana. Cada semana, una persona diferente recibe los 5,000 pesos acumulados. La primera semana, Juan recibe 5,000 pesos.
La segunda semana, María recibe los 5,000 pesos, y así sucesivamente hasta que las 10 personas hayan cobrado su parte. Si alguien deja de aportar, el grupo debe decidir cómo manejarlo, quizás repartiendo la deuda entre los demás o buscando un reemplazo.
| Semana | Participante que recebe | Total recebido (pesos) |
|---|---|---|
| 1 | Juan | 5,000 |
| 2 | María | 5,000 |
| 3 | Pedro | 5,000 |
| 4 | Ana | 5,000 |
| 5 | Luis | 5,000 |
Es un sistema que, si bien es sencillo, requiere mucha comunicación y compromiso grupal para funcionar sin problemas.
¿Cuáles son las ventajas de participar de las tandas?
Participar en las tandas ofrece varias ventajas que explican por qué siguen siendo tan populares en México. En primer lugar, este sistema te ayuda a desarrollar el hábito del ahorro. Puesto que al comprometerte con un grupo, te ves obligado a apartar una cantidad de dinero de manera regular, casi sin darte cuenta.
Esta disciplina es especialmente útil para quienes les cuesta ahorrar por cuenta propia. Pues la presión social y el compromiso con los demás evitan que gastes el dinero en otras cosas.
Por otro lado, las tandas te permiten acceder a una suma considerable de dinero en un solo momento. O sea, recibir el monto acumulado de la tanda puede ser el impulso que necesitas para un proyecto, sin tener que recurrir a préstamos bancarios ni pagar intereses elevados.
Así, obtienes un adelanto de tu propio dinero, pero sin las complicaciones y requisitos de las instituciones financieras.
Además, el aspecto social de las tandas es fundamental. Al participar, fortaleces lazos con amigos, familiares o vecinos, creando un ambiente de confianza y apoyo mutuo. Este sentido de comunidad puede ser clave, ya que los integrantes suelen ayudarse entre sí si surge algún problema.
Así, las tandas no solo funcionan como una herramienta financiera, sino también como un espacio para reforzar relaciones y construir redes de apoyo.
Participar en una tanda te da una meta clara y un compromiso con otros, lo que hace más fácil cumplir tus objetivos financieros sin sentir que es una carga pesada. Es una forma de ahorrar que se adapta a la vida diaria de muchas personas.
Riesgos y desventajas inherentes a las tandas
Aunque las tandas pueden ser una solución práctica para ahorrar, es fundamental conocer los riesgos y desventajas que implica este sistema informal.
Al no estar reguladas por ninguna institución financiera, las tandas carecen de protección legal, lo que puede generar problemas si algo sale mal. A continuación, se presentan los principales riesgos y desventajas a considerar.
- Ausencia de respaldo legal. Las tandas funcionan únicamente con base en la confianza entre los participantes. No existe un contrato formal ni un organismo que respalde el acuerdo, por lo que, si alguien deja de aportar o incumple, el grupo no tiene recursos legales para exigir el pago.
- Riesgo de incumplimiento y devaluación. Si uno o varios miembros no cumplen con sus aportaciones, el flujo de dinero se interrumpe y quienes esperan recibir su parte pueden verse afectados. Además, como el dinero suele manejarse en efectivo y los ciclos pueden ser largos, la inflación puede reducir el valor real de la cantidad recibida al final.
- Posibilidad de fraude y estafa. Al no haber supervisión ni regulación, existe el riesgo de que alguien organice una tanda con la intención de quedarse con el dinero de los demás, especialmente si los participantes no se conocen bien o si es la primera vez que se organiza.
Por todo esto, es fundamental participar solo en tandas con personas de absoluta confianza. Además, debe estar consciente de que, aunque pueden ser útiles, las tandas no ofrecen las garantías ni la seguridad de los sistemas financieros formales.
Tandas vs. alternativas formales: eligiendo el mejor camino para tu dinero
Las tandas siguen siendo una de las alternativas de ahorro más utilizadas en México, especialmente por su sencillez y el sentido de comunidad que generan. Sin embargo, existen otras opciones formales que pueden ofrecer diferentes ventajas y niveles de seguridad para quienes buscan proteger y hacer crecer su dinero.
A continuación, te mostramos cómo se comparan las tandas con mecanismos como las cajas de ahorro y el sistema financiero formal. Así podrás identificar las diferencias clave, los beneficios y las limitaciones de cada opción antes de decidir cuál se adapta mejor a tus necesidades y objetivos financieros.
Comparativa con cajas de ahorro
Las tandas y las cajas de ahorro suenan parecido, pero son bastante distintas. Las tandas se basan en la confianza entre amigos o familia. Si alguien no paga, pues… ahí se complica todo. Además, no ganas intereses y el dinero lo recibes según te toque en el turno.
Las cajas de ahorro, por otro lado, son más formales. Están reguladas por bancos o instituciones financieras, lo que les da más seguridad.
Además, suelen generar intereses sobre lo que ahorras y, a veces, hasta puedes pedir prestado. Eso sí, el dinero lo sueles tener hasta el final del periodo de ahorro, y no hay tanta flexibilidad como en una tanda donde puedes recibir el dinero antes si te toca.
| Característica | Tanda | Caja de Ahorro |
|---|---|---|
| Formalidad | Informal (amigos/familia) | Formal (instituciones financieras) |
| Seguridad | Basada en confianza | Regulada y supervisada |
| Generación de intereses | No | Sí |
| Flexibilidad de retiro | Según turno asignado | Al finalizar el periodo de ahorro |
| Respaldo legal | No | Sí |
Elegir entre una tanda y una caja de ahorro depende mucho de qué tan cómodo te sientas con el riesgo y qué beneficios buscas. Si buscas seguridad y que tu dinero crezca, una caja de ahorro es mejor. Si solo necesitas un empujoncito para ahorrar y confías mucho en la gente, una tanda puede servir.
Las tandas y el sistema financiero formal
El sistema financiero formal incluye bancos, cooperativas de crédito y otras entidades reguladas. Estas opciones suelen ofrecer más seguridad, seguros de depósito (como el IPAB en México), y acceso a productos como créditos, seguros y planes de inversión.
Las tandas, al ser informales, no ofrecen nada de esto. No te ayudan a construir un historial crediticio, que es importante si algún día quieres pedir un préstamo grande, como para una casa. Tampoco generan rendimientos, así que tu dinero no crece con el tiempo.
Es como comparar un puesto de frutas en la calle con un supermercado; ambos venden fruta, pero la experiencia, la variedad y las garantías son muy diferentes.
Rendimientos y beneficios adicionales
Aquí es donde las tandas realmente se quedan cortas. El principal beneficio de una tanda es el acceso a una suma de dinero que tú mismo aportaste, pero sin generar ningún tipo de rendimiento.
En contraste, las opciones formales como las cajas de ahorro, los pagarés bancarios o los fondos de inversión, buscan que tu dinero crezca con el tiempo. Te dan intereses, dividendos o ganancias de capital.
Además, muchas instituciones financieras ofrecen programas de lealtad, bonos por ahorro o acceso a asesoría financiera. Las tandas, en su esencia, son solo un método para agrupar ahorros, no una forma de inversión. Si tu meta es que tu dinero trabaje para ti, las tandas no son el camino.
¿Cuáles son las consideraciones fiscales y legales?
Al participar en una tanda, no solo es importante considerar el aspecto financiero, sino también entender las implicaciones legales y fiscales que pueden surgir. Aunque las tandas forman parte de la vida cotidiana en México, su funcionamiento fuera del sistema formal puede generar dudas sobre su regulación y el manejo de los recursos.
En esta sección, te explicamos cómo ve el SAT las tandas, qué riesgos fiscales existen y cuáles son las alternativas legales más seguras. Así podrás tomar decisiones informadas y evitar complicaciones con las autoridades o con tu propio dinero.
La perspectiva del SAT sobre las tandas
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha sido claro en que no grava los depósitos en efectivo que se realizan entre particulares, siempre y cuando estos no representen ingresos que deban ser declarados.
Esto incluye el dinero que se mueve en las tandas, ya sea por aportaciones o por la recepción del monto total. El SAT entiende que estos movimientos suelen ser entre conocidos y para fines de ahorro o apoyo mutuo.
Sin embargo, si tus gastos declarados no concuerdan con tus ingresos, el SAT podría investigar el origen de tus fondos, incluso si provienen de una tanda.
Evasión fiscal y movimientos de dinero
Aunque el SAT no persigue directamente las tandas, es fundamental entender que cualquier actividad que busque ocultar ingresos o evadir impuestos es ilegal.
Si bien una tanda en sí misma no es un acto de evasión, si se utiliza para mover grandes sumas de dinero que deberían ser declaradas como ingresos, sí podría generar problemas.
El manejo de efectivo en las tandas, aunque común, también dificulta el rastreo y puede ser visto con recelo por las autoridades si no se acompaña de una declaración correcta de los ingresos que permitieron esas aportaciones.
Es vital recordar que la confianza es el pilar de las tandas, pero la ley y las instituciones financieras ofrecen un cimiento más sólido para la seguridad de tu dinero.
Organizaciones con respaldo legal
Si bien las tandas tradicionales carecen de un respaldo legal formal, existen alternativas que ofrecen una estructura similar pero con la seguridad y el amparo de la ley. Las cajas de ahorro, por ejemplo, administradas por instituciones financieras o cooperativas, funcionan bajo regulaciones específicas.
Estas organizaciones suelen pedir requisitos para participar y el dinero puede generar rendimientos, además de que ofrecen un mecanismo seguro para el ahorro y, en algunos casos, acceso a créditos.
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En resumen: ¿Valen la pena las Tandas?
Así que, como hemos visto, las tandas son una forma muy mexicana de juntar dinero, algo que muchos hemos hecho o al menos escuchado. Funcionan con la pura confianza, y eso puede ser bueno para crear comunidad, pero también es su mayor talón de Aquiles.
Si bien te ayudan a ahorrar sin pensarle mucho, el riesgo de que alguien no pague o que el dinero pierda valor está siempre presente. Además, no esperes que te den intereses ni que te ayuden a construir un historial crediticio.
Al final, si decides entrarle a una tanda, asegúrate de que sea con gente de toda tu confianza, porque si algo sale mal, no hay a quién reclamarle legalmente. Piénsalo bien antes de meter tu dinero.
